Las nuevas tecnologías pueden ser a día de hoy, causa para la adopción de la decisión de divorcio, porque a través de ellas, se descubren infidelidades, y son muchas más de lo que solemos pensar.
Pero correos electrónicos o estos mensajes descubiertos que acreditan la infidelidad, si han sido obtenidos sin el consentimiento de la otra parte suponen una vulneración del derecho a la intimidad y al secreto de las comunicaciones y por tanto su aportación a un proceso judicial, puede ser constitutivo de delito, salvo que pueda acreditarse el consentimiento expreso.